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domingo, 7 de marzo de 2010

Dia Internacional de la Mujer Trabajadora

Clara Zetkin, destacada luchadora del mundo por los derechos de la mujer trabajadora

La lucha por nuestras demandas debe hacerse desde la trinchera de clase, de las explotadas y explotados

En el centenario de la propuesta de Clara Zetkin

Por: Elena Linárez (*) Para Tribuna Popular

Hace 100 años fue declarado el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, tras propuesta realizada por Clara Zetkin ante el Congreso de Mujeres Socialistas en Copenhague; cumpliéndose a su vez 99 años desde la primera vez que se llevó a cabo ésta celebración.

El origen de ésta fecha ha sido cuestionado por diversas razones; sin embargo lo que no puede negarse ni objetarse es que el 8 de marzo está íntimamente vinculado a las luchas del movimiento obrero internacional; y que como fuese señalado por la propia Clara Zetkin, es un día para la “interrelación con todas las cuestiones femeninas, conforme al enfoque socialista”; cuestión hoy hecha a un lado por el carácter comercial que las clases dominantes han logrado imprimirle a tan importante celebración.

El Día de la Mujer Trabajadora, contextualizando el momento histórico en el que fue propuesto, tenía como objetivo fundamental la movilización de las mujeres a favor de la conquista de su derecho al voto, y las reivindicaciones laborales, es evidente que casi 100 años más tarde ha diversificado su razón de ser, en la medida que el sistema económico dominante ha diversificado también sus formas de explotación. Hoy por hoy, es necesario retomar el 8 de marzo como una fecha que pertenece al Movimiento revolucionario vinculado a las y los comunistas.

Y es que el 8 de marzo es un día para la agitación de los sectores femeninos en el que se incentive la organización para la conquista de nuestras luchas y reivindicaciones concretas. Es una fecha para el análisis de las condiciones de explotación y opresión a las que venimos siendo sometidas las mujeres en ésta sociedad jerarquizada, donde predomina la propiedad privada sobre los medios de producción.

Desmontar y arrebatar de las manos de la burguesía ésta celebración, que ha sido deformada como un día para el consumo en el que se hace alarde de nuestra discriminación y explotación, debe ser un objetivo para los movimientos de mujeres, pues para nosotras se trata de combatir dos sistemas que se sostienen sobre nuestra opresión, y no de exacerbar lo que nos mantiene oprimidas.

Para las mujeres revolucionarias retomar el Día Internacional de la Mujer “TRABAJADORA”, es y deber ser, un punto de honor, no sólo para reivindicar la memoria de las mártires y heroínas de la clase obrera y trabajadora, forjadoras de los derechos y actuales condiciones donde se desenvuelve la mujer de hoy, pues las conquistas que ahora vemos con naturalidad costaron en la historia reciente, la vida y sacrificio de muchas mujeres, que ni siquiera han quedado en las páginas de la historia. Sino que además es un elemento clave para imprimirle a la lucha femenina el carácter de clase que requiere para elevar cualitativamente su impacto real en los sectores populares y en el resto de la sociedad.

El Día de la Mujer Trabajadora sólo tiene sentido, si las mujeres pobres nos organizamos y luchamos por construir una sociedad distinta. Es absurdo desde todo punto de vista, celebrar una fecha para y por el “tener”, una fecha para la vejación, que sea la antítesis de la verdadera esencia que hizo nacer un día tan significativo como éste.

En la sociedad capitalista, todo es mercancía y las mujeres podemos dar fe de ello, por lo tanto y con más razón debe comprenderse, lo que para la ideología dominante significa banalizar una fecha que puede ser una vía o herramienta que permita socavar sus bases.

En el Día de la Mujer Trabajadora hay un sin número de elementos que nombrar y por los cuales las mujeres debemos luchar, sin embargo, más allá de eso, se requiere de un paso anterior y definitivo para concretar y avanzar en la conquista de tales reivindicaciones, y es que sin la organización que nos permita la movilización, no habrá concientización suficiente para enfrentar el monstruo que nos adversa.

¿Cuál es la situación de la mujer venezolana hoy?

En estos últimos años, Venezuela se le coloca como referencia en cuanto a la reivindicación de la mujer: se aprobó una Constitución con lenguaje no sexista, se le dio carácter constitucional al derecho de las mujeres trabajadoras del hogar a recibir seguridad social y jubilación, se aprobó el año pasado la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, se aprobó la paridad entre hombres y mujeres para los cargos de representación política, se creó el Ministerio del Poder Popular de la Mujer y la igualdad de género, además de los diferentes planes y programas sociales en Salud, educación, vivienda, alimentación, etc. donde la incorporación de la mujer ha sido masiva. Todas estas conquistas tienen, sin embargo, un carácter formal y con alcances limitados para la real emancipación de la mujer.

Aun cuando ha habido una fuerte campaña por la erradicación de la violencia hacia la mujer y se ha aprobado la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, los casos de muertes y de abusos por este motivo siguen siendo numerosos. Según cifras recopiladas por organizaciones nacionales de mujeres, cada 15 minutos una mujer sufre abusos a manos de su pareja o ex pareja. Solamente en Caracas, muere una mujer cada 10 días por violencia de género. El problema quizás se deba al hecho de que una de las razones fundamentales que operan a favor de estas prácticas de violencia doméstica sigue sin tocarse, y es el que tiene que ver con la dependencia económica que muchas mujeres siguen teniendo con sus parejas.

Todavía hoy el derecho a la seguridad social y a la jubilación de las mujeres trabajadoras del hogar no deja de ser letra muerta. Hasta ahora, sólo se ha impulsado la Misión Madres del Barrio, que beneficia a unas pocas madres (las más depauperadas) con una subvención o ayuda menor al salario mínimo, política que expresa el no reconocimiento del trabajo del hogar como trabajo productivo.

Mientras formalmente se garantiza la paridad entre hombres y mujeres en los cargos de elección popular, la representatividad de la mujer en ellos no implica ni garantiza en lo más mínimo el que se defiendan los derechos y exigencias de las mujeres. Muy por el contrario, representantes del gobierno elegidas por el voto popular terminan defendiendo otros intereses, poniéndose del lado de la derecha conservadora y oponiéndose con fuerza a todo intento de la mujer por conquistar demandas fundamentales.

Los procesos de lucha de la mujer trabajadora en Venezuela, el panorama no deja de mostrar los grandes límites que tenemos hoy en día las mujeres trabajadoras venezolanas. Tenemos que luchar por erradicar los vicios que existen en este momento, por lo que tenemos que citar ciertas fallas que persisten el proceso bolivariano.

En el año 2005, las trabajadoras de la fábrica Sel-Fex, creyendo sinceramente en que “fábrica cerrada, fábrica tomada”, ocuparon la fábrica exigiendo a los patrones el derecho a preservar sus fuentes de trabajo y sus derechos laborales. Esperando a que el Estado tomara la decisión a su favor y les permitiera poner a producir bajo control obrero la fábrica, todavía hoy la fábrica se encuentra paralizada y estas trabajadoras siguen sin tener respuesta satisfactoria.

El año pasado, las trabajadoras de la fábrica Fundimeca, ubicada en Valencia, lograron arrancarle al patrón un contrato superior al que este esperaba. En respuesta, el patrón ejecutó 49 calificaciones de despido. Ante esto, varias trabajadoras solicitaron ante la Inspectoría del Trabajo su reenganche, y nueve de ellas lo ganaron en el mes de julio. Este reenganche fue desconocido por la patronal y, ante el atropello, las trabajadoras decidieron tomar los portones de la fábrica exigiendo que fuese respetada la medida. El resultado: la dirigente principal herida de bala a manos de sicarios motorizados pagados por el patrón y varias detenciones a los pocos días en la cárcel de Tocuyito. Otro ejemplo es la empresa Johnson Controls, ubicada en la localidad de Guácara, Estado Carabobo, donde 168 trabajadoras y trabajadores fueron perjudicados con los despidos masivos y esta empresa está realizando retardos injustificados para cumplir con la medida de reenganche que autorizó el ministerio del Trabajo.

Y es que “a la hora de las chiquitas”, cuando la pugna entre los intereses de clase se hace manifiesta, la preservación del interés de la burguesía prevalece y el de los trabajadores y trabajadoras es golpeado.

Hoy, cuando mayores luchas duras y calamidades esperan a la clase trabajadora y las familias pobres, como efectos de la gran crisis de la economía capitalista, es necesario luchar por una perspectiva independiente de las luchas de la mujer trabajadora y pobre de nuestro país. La lucha por nuestras demandas debe hacerse desde la trinchera de clase de las explotadas y explotados y con nuestros propios métodos, pues cualquier reivindicación seria, como el derecho a la interrupción del embarazo, la existencia de guarderías, comedores y lavanderos públicos sostenidos por el Estado y los capitalistas, para comenzar a liberarnos de la esclavitud doméstica, debe ser arrancada mediante la lucha a las patronales públicas y privadas de este país; más aún, la lucha contra el aumento de los alimentos y la carestía de la vida en nuestros hogares, que como vimos son llevados en su mayoría por mujeres solas, por salarios dignos, por casa y techo propio decente, etcétera, fundamentales para nosotras, son luchas comunes al conjunto de la clase obrera y el pueblo en general. Por eso, el camino debe ser el de la más amplia unidad en la lucha, por nuestros demandas como mujer y como mujeres trabajadoras, junto con nuestros compañeros de clase varones, a la vez que bregamos para que el conjunto de la clase trabajadora tome también en sus manos nuestras demandas propias.

Ante todo esto debe abrirse paso una corriente de mujeres digna heredera de la tradición de lucha por la emancipación de la mujer y por la liberación social de la clase trabajadora que dio origen a la conmemoración del día de la mujer.

Rescatemos pues, los principios de nuestra heroína Clara Zetkin, tomemos la bandera de trabajar para acumular fuerzas, hacia la Clase Obrera y sectores de trabajadores, el campesinado pobre y la intelectualidad revolucionaria para consolidar y desarrollar una correlación de fuerzas a favor del rumbo socialista del proceso bolivariano, para lo cual debe lograrse que la Clase asuma su papel de vanguardia de la revolución y supere la condición de acompañante subordinado a la pequeña burguesía o de espectadora pasiva del proceso.

«(...) como persona, como mujer y como esposa, [la mujer] no tiene la menor posibilidad de desarrollar su individualidad. Para su tarea de mujer y madre sólo le quedan las migajas que la producción capitalista deja caer al suelo»

Clara Zetkin

(*)Presidenta del Movimiento de Mujeres “Clara Zetkin”



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